Chat Noir

Graduado de la EEGP de Angers (Escuela Superior de Artes Aplicadas y Diseño), Corentin Du Chatnoir crea obras de arte mecánicas intrigantes y divertidas. Anteriormente director de una prestigiosa agencia de comunicación que trabaja en los campos del lujo y del automóvil, decidió hace unos años abandonar esta actividad para dedicarse por completo a sus creaciones.

Se dice que su sensibilidad artística se despertó a los ocho años, durante sus visitas al taller de su bisabuelo, un ebanista de arte, cuyas herramientas y métodos aún conserva hoy en día cuando talla la madera.

Calificado como un creativo insaciable -un poco perfeccionista-, se inspira en su pasión por la aviación, el automóvil, o incluso el genio mecánico y crea esculturas de arte en acero.

De hecho, el artista es capaz de ponerse la bata del inventor, del diseñador (¡incluso del ingeniero!) y también la del artesano en un solo y mismo proyecto, sin querer imponer ninguna limitación a su imaginación e intervenir en su diseño desde el principio hasta el final.

Se necesitaron varios meses de investigación y cuestionamiento con profesionales para desarrollar su técnica de grabado en chapas de acero completamente única, que combina procesos de oxidación complejos y un trabajo de pintura con aerosol. Realizados en tamaño directo, conjugan finura de realización y precisión. De hecho, solo el acero puede, gracias a la reflexión de la luz en las muescas de la talla en relieve, ofrecer un destello tan brillante, perceptible según el ángulo de visión del espectador.

El artista comienza haciendo cuadros animados que reproducen circuitos de automóviles emblemáticos (Le Mans), pero también grandes formatos con estructuras desmontables que combinan pilotos de carreras y la arquitectura técnica de sus legendarios vehículos (Steve McQueen).

Independiente, este “gato negro”, como le gusta llamarse, no tiene la intención de inscribirse en un marco o movimiento artístico fijo, sus creaciones son únicamente el resultado de ideas propias, que surgen de una personalidad multifacética, tanto bulliciosa como entusiasta.

De hecho, también desvía objetos de su función original para convertirlos en elementos de mobiliario de diseño y funcionales que refuerzan aún más el encanto de su taller: una maleta- bidón, una cafetera con forma de motor de avión, un extintor dispensador de bebidas…

También ha realizado esculturas secuenciadas como Iron Squale, una obra con iluminación interna que permite que el esqueleto del animal se ilumine para apreciar todas sus curvas.
En 2021, el artista se embarca en un nuevo proyecto: “cuadros sonoros” o “grabados musicales”, piezas únicas que rinden homenaje a las figuras más destacadas de la historia de la música (Nina Simone, Kurt Cobain, Serge Gainsbourg, Jimi Hendrix…) y que, al igual que un altavoz Bluetooth masivo, se pueden conectar a un teléfono móvil para reproducir música.

Cada obra de esta serie está hecha de placas de acero, electroimanes (que producen vibraciones sonoras) y paneles de madera de luthier (una combinación de dos maderas diferentes con propiedades específicas, que juntas sirven como mesa de resonancia y de armonía). Cada pieza es un verdadero instrumento vibratorio que resulta de investigaciones técnicas avanzadas sobre la propagación de las ondas. La producción de una sola de estas piezas representa 500 horas de trabajo.

Las elevaciones grabadas en la placa de acero, cuyo diseño reproduce las notas musicales de los títulos más famosos de estas leyendas, también permiten transformarla en una membrana armónica, lo que ofrece una difusión del sonido verdaderamente excepcional.

Le Chat Noir hace cantar al acero y nos proporciona una experiencia auditiva y táctil increíble.